
¿En Qué Consiste la Colonoscopia?
La colonoscopia es una prueba médica que sirve para diagnosticar y tratar enfermedades del colon (intestino grueso). Se realiza por medio del colonoscopio, que es un aparato que consiste en un tubo flexible de alrededor de un centímetro de diámetro y de entre 122 y 183 cm de largo. El colonoscopio se introduce por el orificio anal y se puede hacer avanzar por todo el colon. Permite ver el interior del intestino, pues dispone de una cámara de video en su extremo cuya imagen se ve a través de un monitor. Además, el tubo del colonoscopio cuenta con varios canales en su interior por donde se pueden introducir distintos instrumentos, y que permiten realizar pruebas diagnósticas como la toma de biopsias, o incluso realizar tratamientos como la extirpación de pólipos intestinales o tumores.
Para efectuar el examen al paciente se le ordena una preparación previa que es necesaria para que el colon no tenga materia fecal durante el procedimiento; en esta preparación se pueden usar laxantes que contienen fosfatos, polietilenglicol o picosulfato de sodio y el médico determinará cuál de estos laxantes puede usar en cada paciente de acuerdo con la edad y las otras enfermedades que padece, especialmente si hay problemas renales. El examen tiene una duración aproximada entre 15 y 25 minutos y este tiempo es variable de acuerdo a si se trata de una colonoscopia diagnóstica o terapéutica.
Para la realización del examen es necesaria una sedación, sin embargo hay pacientes que piden explícitamente que no se les coloque, porque ellos de alguna manera pueden controlar la molestia en forma consciente. Para la sedación se usan medicamentos tales como: meperidina, midazolam, ketamina, fentanilo y propofol, sustancias que son hipnóticas o sea que producen sueño algunas de ellas y las otras son analgésicos potentes.